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¿Qué piensa usted, Sr. Freud? (Sueños propios narrados al detalle) (58)

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Otra noche más recuerdo lo soñado. Una racha que hacía tiempo que no me pasaba.

El sueño de esta mañana empieza mirando una película española en DVD en la tele, que trataba de dos personas ya casi en la tercera edad que deciden ir a un lugar que de jóvenes trabajaron y se enamoraron. ahora ruinoso y abandonado. Lo gracioso es que resultaba ser Jorge Roelas (Marcial en Médico de Familia) actuando de forma sobreactuada y al final acababan acostándose y hasta 69 de forma vertical de pie (no pregunten como se mantenían) para poco a poco iban rejuveneciéndose ¿¿??

El segundo sueño trataba que me introducía en una sala de conciertos algo chapucero y curioseaba lugares ya que buscaba el cuarto de baño pero irónicamente me colaba por todos lados pero la entrada a los urinarios estaba cerrada.

Salía de allí de noche y empezaba el tercer sueño. Veía todoterrenos cada vez más grandes, poco a poco como montes que chocaban entre sí al estilo arena de competición de destrucción. Aparecia unos modelos gemelos ya impresionantes pero una sombra grandiosa resultaba ser ya el más gigante de todos.

Lo más absurdo era que algunas cabinas por dentro no tenían asiento, volante, etc. Resultaba ser como salas de madera de pocos metros cuadrados y conductores sentados a lo yoga, sin que se notaran que fuera estan chocando entre sí. Un amigo y yo hablabamos que era poco util ya que cualquiera podría entrar y apuñalarle enseguida. No busquen lógica. ¿Como se controlaban? no sé ¿mentalmente?

¿Qué piensa usted, Sr. Freud? (Sueños propios narrados al detalle) (57)

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Lo primero que recuerdo del sueño de esta mañana es que iba subiendo por una cuesta que va de camino a un Eroski de cerca de casa. Veia dos autobuses que por un lado estaban abiertos como para poder sentarse en los asientos como si de unas aulas se tratasen. En uno había un hombre de 40 años con corbata que me recuerda a un compañero de trabajo pero que tiene la voz idéntica del personaje Antonio Recio de la televisión y diciendo la frase de «no limpio pescado» riendose por lo bajo.

En el otro era un hombre religioso vestido a lo franciscano queriendo emular a Sean Connery pero quedaba en un beato que hablaba de cosas ya anticuadas, aunque curiosamente tenía allí metido una cabina de confesionario aunque totalmente transparente, algo bastante vistoso y contradictorio.

En el segundo sueño estaba en el parque de un campus y aparecia un joven cura (no entiendo que manía me ha pegado) con coleta que solo deseaba emborracharse y como si fuera una película hortera de los 80 me estropeaba el acostarme con una chica en la habitación de estudiante y me pedían que fuera a buscarle ante las autoridades y se cambiaba el nombre cada vez que lo detenian. Me daba dolor de cabeza.

En el último sueño veia a mi hermana con un chico que podría ser una mezcla de varias ex-parejas anteriores y tenian en sus manos unos CDs curiosos. Se vendian dentro de un aparato para escucharse en Stereo y servir de estuche. Además de poder introducir auriculares. Me preguntaba si debían ser de principios de los 90 y que ya hace tiempo no fabricaban de estos CDs Stereos.

¿Qué piensa usted, Sr. Freud? (Sueños propios narrados al detalle) (55)

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Después de que pasase por caja en un Fnac en el sueño, seguía la cosa con un stand a mi izquierda de una ONG inventada en mi cabeza. El tema era que con una estantería sencilla y roja en medio había una televisión de tubo (no las de ahora LED y demás) que pasaban continuamente unas imágenes tristes de unos niños delgados y famélicos con moscas pegadas. Para mi sorpresa era una «Ayuda para niños blancos» cuando normalmente se aparta la vista sobre situaciones desesperadas en África o Sudamérica. Un hombre trajeado de procedencia africana se quedaba asombrado y parecía recordar de su lugar de origen humilde. ¿Quizás en un futuro se gire la situación de esta forma?

 

 


¿Qué piensa usted, Sr. Freud? (Sueños propios narrados al detalle) (54)

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Muy disperso. Recuerdo sobre todo en el momento que iba en un coche con hermanos y un conocido que en la vida nunca he ido de copiloto a su lado. El camino era muy estrecho, sin barreras sobre un pequeño lago y el hombre en cuestión no ve que siguiendo recto acabaríamos dentro del agua. Salimos normalmente ya que el vehículo flota durante un tiempo. El problema es que se hundiría sobre una zona de cuevas sumergidas que había al fondo.

 

Si  era tragado hasta lo más hondo, practicamente imposible de sacarlo. Me preguntaban como conocía este plano casero y reconocía haberme sumergido tiempo atrás (¿?) y habría aguantado con las bolsas de aire, pero si nos hubieramos sumergido y pleno ocaso sin luz nos podriamos poner nervioso y ahogarnos.

 

Lo siguiente es tener 5 gatas de colores de blanco, negro, marrón y grises. 2 eran las más jovenes, una la gata actual que tengo y otras de un tamaño algo mayor y manchas más oscuras. Era gracioso que te vinieran 5 cabezas a las rodillas a la vez. Veía a las pequeñas y sabía que habría que vigilar de repartir adecuadamente la comida para estas, con sus hermanas mayores ya tan crecidas.

¿Qué piensa usted, Sr. Freud? (Sueños propios narrados al detalle) (53)

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Hace 3 días soñé con un vecino de la zona que en la vida real es un chico pesado que te pide euros con excusas exageradas. En esta ocasión es un sueño algo truculento, salvando las distancias que más que por gráfico, por intenciones. Al encontrarmelo por la calle, siento unas ganas de quitármelo de encima, notando su mirada fija para pedirme algo o molestarme. Sin pensarlo dos veces saco unas tijeras (tamaño algo excesivas, quizás como para jardinería, para podar) y le amputo los 4 o 5 dedos de su mano derecha. Esto suena cruel y sangriento aunque en el sueño parece como si cayeran salchichas Oscar Mayer, ni una gota de sangre, muy limpio.

De pronto me doy cuenta que mi mala acción es aún más disparate ya que por las esquinas de mi finca empiezo a ver como al cabo de un rato se unen hombres, al parecer familiares y amigos de estos del chico. Entro en mi portal y pienso cuanto tiempo pasará hasta que se marchen.  Nadie se crea que voy en la vida real con unas tijeras cercenando dedos de los pesados de «dame un euro».

¿Qué piensa usted, Sr. Freud? (Sueños propios narrados al detalle) (52)

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Tienen un par de días estos sueños, aunque fueron tan curiosos que se me quedaron grabados en la mente. Primero empezaba en mi cuarto. Allí se había echado mi abuela (de la cual ya falleció hace 8 años y medio) a darse una siesta, cosa rara porque como mucho se sentaba en el sofá y si eso se quedaba frita. Nos parecía extraño que apenas se moviera y tenía colocada una pulsera que era como una versión profesional de aquellas tonterías de «presiona esta marca de color azul y cambiará el color según tu estado». La pulsera parecía un reloj salvo que una manilla estaba al extremo del círculo con colores de estado, marcando un rojo de «peligro». Suena a escena triste pero tantos años pasados y tal absurdez me pareció curioso más que otra cosa.

El segundo sueño empezaba que entraba en un ascensor de un hospital. Me dirigía al piso 3, en la consulta 3. Al salir me acercaba a una puerta que a su lado tenía la señal de un 3, pero resulta que era una oficina administrativa. La verdadera consulta 3 no tenía puerta en sí. Eran unas ventanas con marcos de aluminio y a un extremo derecho entrabas por una puerta de misma fabricación. Por las ventanas veía unas mesas, a lo pupitre, seguidas. Lo primero que notaba es que no había iluminación salvo unos flexos en cada una, con doctor y paciente haciendo unas pruebas un tanto extrañas. Recuerdo que alguna luz salía de algúna bombilla rojiza y daba una imagen aún menos alejada de una consulta típica. Al sentarme me daban una hoja y lápices de colores. De pronto dibujaba y coloreaba sin apenas pensar. Notaba que era algo que me salía apenas apoyando los lápices, como si fuera la versión en imágenes de la escritura automática. Apenas recuerdo el dibujo. Parecía una batalla medieval y lo último que recuerdo es que dibujaba el detalle de un caballero a la derecha el tener la espada alzada en su mano derecha.